Cuando se trata de hablar de libros, aun más cuando la consigna es presentarlos, siempre me gusta iniciar hablando desde mi experiencia como lectora.
Con el tiempo he entendido que resulta más interesante hablar de un libro desde las resonancias, desde aquello que viene de la particularidad y que la autora, en el caso de este libro, logra trasladar a la universalidad desde una prosa poderosa, llena de imágenes y símbolos.
En este caso, Luz Brillante es un libro de cuentos que me resuena desde muchas perspectivas, enlistaré a continuación las principales:
Primero por tratarse de una escritora guerrerense, porque para mí es importante construir genealogías creativas, ubicar mi propia escritura dentro de una generación de mujeres guerrerenses que escriben: ¿Qué están escribiendo mis contemporáneas? ¿Qué temas atraviesan nuestro corpus literario?
El trabajo de Marxitania en este libro, me habla desde la posibilidad de decidir, sobre el propio cuerpo como en el cuento de Luz Brillante, donde una mujer encuentra una forma de lidiar con el enojo y el deseo, un cuento que además encuentra eco con Las cosas que perdimos en el fuego de Mariana Enríquez.
En ambas historias, el fuego es el símbolo que abandera una revolución, los personajes femeninos que Marxitania Ortega presenta en Luz Brillante comparten con los personajes de Mariana Enriquez el hastío, el enojo, el deseo de hacer patente la posibilidad de decidir a través de la autoinmolación, son mujeres poderosas dispuestas a decidir.
Autora: Carolina López.
Técnica: Ilustración Digital, año 2022.
En el cuento “Habla bien de Aca” la protagonista no acepta el destino que le viene dado, casi por genética, como lo cuenta con un dejo burlón la voz narrativa, así que decide cambiar la jugada, desatando una la serie de acontecimientos que nos llevan al momento desde donde corre la historia.
Sin tratar de adelantar detalles que podrían arruinar la lectura que ustedes hagan del cuento, para mí la apuesta que hace Marxitania sobre el escenario donde transcurre el tiempo narrativo fue un acierto, la sensación de movimiento que tiene la historia, esa ida y vuelta, queda perfectamente asentada cuando, como lectores, “nos bajamos del taxi”.
Lo segundo que me resuena muchísimo de este libro es la cantidad de música presente. En cuentos como Bienes Terrenales, Luz Brillante y la Casa de Shahrak-E, la música podría ser un personaje más, un conflicto que hace avanzar la trama o el elemento inquietante que nos prepara para lo sobrenatural.
Bienes terrenales, por ejemplo, me parece una modernización del cuento de fantasmas y casas embrujadas. El entramado de esta historia da cuenta del dominio que la escritora tiene de su oficio, nos permite entender que conoce las convenciones del género y no teme abrevar de esa tradición para apostar por un cuento que dialoga con los fantasmas desde la modernidad, desde ciudades donde las casas antiguas son ya tan improbables como el propio fenómeno fantasmagórico.
Casilda, el personaje principal del cuento, reconoce a su alrededor las presencias espectrales, pero la autora nos da los datos suficientes para permitirnos dudar ¿realmente ve cosas? o ¿es solo una mujer perturbada, afectada por la soledad? La música es un elemento muy importante porque parece ser la única compañía de la mujer, la única prueba de lo que sucede puertas adentro.
A lo largo de los seis cuentos que integran este libro, Marxitania plantea una serie de preguntas, relacionadas con el deseo, la soledad, los celos y la pasión, preguntas surgidas todas desde el tejido profundo del corazón humano.
Situar su trabajo en esta línea imaginaria de tiempo llamada “literatura guerrerense contemporánea” no es puro capricho de quien articula esto, para mí cada cuento, por lejano que sea el espacio donde se desarrolla como es el caso de Uva Ursina o La casa de Shahrak-E, da testimonio de algo que yo he comenzado a entender como una suerte de “diáspora” de escritores guerrerenses, creadoras y creadores que viven fuera del estado y que trabajan, escriben y resisten desde otro lugar pero mantienen el terruño, el mar o la montaña cerca del corazón, porque como suele decirse “sales de Guerrero, pero Guerrero no sale de ti”.
La multiplicidad de registros narrativos, los escenarios, la construcción de personajes y las formas de abordar los temas que le interesan son, también una bitácora del periplo que Marxitania emprendió, desde hace tiempo, en pos de su formación como escritora.
Me gustaría invitarles a leer escritoras, a que lean escritoras guerrerenses y antes de complicarse con la decisión, como ingenua recomendación les invito a preguntarse si la escritora que quieren leer o que están leyendo, reproduce los estereotipos, los prejuicios sobre lo que sí es literatura, si contribuye con su escritura a legitimar el canon literario que durante años ha permanecido inaccesible para muchas de nosotras. Si la respuesta es sí, si hay un titubeo, por pequeño que sea, les invito a refinar la búsqueda, hay muchas voces en Guerrero y en el país que están aguardando lectores críticos.
Cierro mi comentario sobre este libro con una cita que extraje del cuento método tradicional: “la belleza más pura solo cabe en ciertas ficciones” , yo añadiría que Luz Brillante es un ejemplo de ello.
Analí Lagunas (Taxco, 1989), Gestora cultural y escritora. Ha recibido el Premio Estatal de Cuento Joven en Guerrero (2017), el primer lugar de los Juegos Florales Nacionales de la Feria de la Plata (2019) y el Premio Estatal de Cuento María Luisa Ocampo (2020). Fue becaria del PECDA en 2017, integrante de la generación Jóvenes Creadores 2020-2021 del SACPC, en el área de cuento.
