La exguerrillera Lourdes Uranga

Una mujer en la guerrilla mexicana: La historia de Lourdes Uranga | Última parte

El 30 de enero de 1972, Lourdes Uranga y todos los integrantes del Frente Urbano Zapatista fueron detenidos a cuatro meses de haber participado en el secuestro político del director de Aeropuertos y Servicios Auxiliares, Julio Hirschfeld Almada.

Lourdes fue llevada a una cárcel clandestina, donde fue torturada; después, al penal de Santa Martha Acatitla, donde pasó dos años y enfrentó el juicio por la patria potestad de sus hijos; en 1974, gracias a la presión social internacional, Luis Echeverría permitió que los sobrevivientes del FUZ viajaran al exilio.

Lourdes Uranga se fue a Cuba primero y a Italia después. En este último país recibió la noticia de la amnistía que le permitió regresar a México en 1979. ¿Qué hizo Lourdes Uranga al regresar al país?

Ciudadanía y democracia: mecanismos sin fin

Cuando Lourdes Uranga regresó a México participó activamente en los movimientos políticos de finales de los setenta. Desde su regreso, se incorporó al Comité Eureka, fundado en 1977 por Rosario Ibarra e integrado por madres y familiares de desaparecidos en México durante las décadas de los 60 y 70.

A pesar de la experiencia de tortura, cárcel y exilio no estaba dispuesta a dejar de luchar por aquello en lo que cree. Para ella, la ciudadanía y la democracia están en movimiento perpetuo.

“Para mí la ciudadanía es una especie de mecanismo sin fin.  Acabas con una demanda y empieza otra, se visibiliza otro problema y hay que estar con él, hay que avanzar, aunque se espante a la gente. Dicen que vivimos en una democracia, pero la democracia también es un mecanismo sin fin. En la democracia se llega a una reivindicación, se logra solucionar y aparece otra, es algo infinito”.

–¿No hay un lugar a dónde llegar y decir se acabó la resistencia?

–No, no. No hay un lugar, pero las realidades y las utopías siguen moviendo a la gente.

Su ingreso a la Universidad Autónoma de Chapingo

Como toda su vida, Lourdes acompañó su activismo político con trabajo y estudio. Diez años antes, con 28 años, apenas retomaba la preparatoria. Para el momento de su regreso hablaba tres idiomas y tenía una licenciatura en Trabajo Social. Concursó por una plaza en la Universidad Autónoma de Chapingo y la obtuvo.

–Tuve un trabajo muy bonito. Difícil, porque al principio no era aceptada en la universidad. Nunca tuve un puesto porque, como en todo, se dan por recomendaciones; pero como yo concursé, gané una plaza definitiva de tiempo completo, compitiendo contra 34 candidatos, ¿qué más quería? Mis jefes siempre me querían correr, uno de ellos, [Alejandro] Encinas, era cabrón conmigo.

–¿Llegaste lo más lejos que querías llegar?

–Las cosas se fueron dando, no había un plan trazado,  la licenciatura de Trabajo Social me costó a mí, porque yo no tuve un papá que me mantuviera ni mamá que me mandara, yo me inscribía solita, trabajaba  y me lo pagaba. Después, Chapingo fue como mi papá, porque me pagó la maestría [en Divulgación de las Ciencias] y el doctorado [en Bioantropología en una universidad de Bélgica], y ahora la gente de Chapingo me tienen mucho reconocimiento y cariño.

El reencuentro con sus hijos y con el padre de sus hijos

Lourdes Uranga recuerda que cuando regresó a México su hija mayor tenía 19 años y su hijo 17, “ya iban a verme solos porque él [su exesposo], nunca los dejó verme, pero ellos ya agarraban su camión”. Encontrarse con el padre de sus hijos no estaba en sus planes, pero se topó con él poco después de su regreso.

–Fui a una manifestación del 1º de mayo, con Rosario [Ibarra] –relata–, porque nos íbamos a juntar en frente del balcón para desplegar una manta por los desaparecidos. Todavía me faltaba un pedazo para llegar y veía pasar a los contingentes y en eso que pasa el sindicato de electricistas y pasa él, se acerca a mí, me extiende la mano y me saluda. Usted viejo chingado que se cree, le dije con repulsión. Me alejo y se va detrás de mí, ¿ya se acordó?, me dice. Si ya me acordé, le dije, en algunos retratos con mis hijos está usted, hágame el favor de retirarse. Después de ese encuentro no volvió a verlo nunca.

La demanda por tortura contra Nazar Haro

En 2010, Lourdes Uranga presentó una demanda por tortura contra Miguel Nazar Haro, titular de la antigua Dirección Federal de Seguridad. La intención de su denuncia era “volver a decir, porque todavía vivía, que a ese tipo lo queríamos encarcelado y que yo era testigo de lo que hacía, porque a mí me detuvo Nazar Haro”.

Comparezco y acuso, libro autobiográfico publicado por Lourdes Uranga en 2012

Aunque Lourdes Uranga fue demandante, aclara que su pensamiento era de coadyuvante, “porque me preguntaron: ¿qué quiere? le damos atención psicológica, ¿cuánto dinero quiere? Yo les dije que no, que yo quería justicia, que encarcelaran a Nazar Haro, porque además, ¿cómo me regresan los años que perdí con mis hijos?”

Además, dice, “Yo nunca he tenido depresión. Porque si uno sufre cuando estás en la cárcel, pues es que estás bien. Si estás en la tortura, sufres, y eso es muy sano. Si te quitan a tus hijos –hace una pausa larga para continuar–, si estás sufriendo por ese tipo de razones es que estás bien, no estás demente ni desquiciada”.

Sobre este proceso y sobre su historia como guerrillera, presa política y exiliada, Lourdes Uranga López publicó Comparezco y acuso (Plaza y Valdés, 2012), un libro autobiográfico en el que además de asumir la responsabilidad por sus decisiones denuncia los crímenes del Estado mexicano. Pero la escritura de este libro, lejos de significar un cierre para su historia, fue más bien una declaración de principios.

El comité Eureka y la lucha continua por la justicia

Hasta el día de hoy, Lourdes Uranga sigue luchando desde el comité Eureka por la justicia, “por todos los que ajusticiaron extrajudicialmente, que son muchos; por los desaparecidos de aquella época, [desapariciones] donde el ejército estuvo implicado”.

Es cuando habla de los crímenes de Estado que aún siguen sin resarcimiento cuando Lourdes Uranga alza la voz por primera vez: “se masacró no sólo a los del 68, no sólo a los del 71, se masacró a la guerrilla, se les fue a tirar a la playa Icacos [de Acapulco], en el mar. Y aquí nadie puede hacer justicia más que el Estado, es el obligado y es una obligación que ha olvidado, tiene [una gran] cantidad de crímenes cometidos por el propio Estado”.

Para Lourdes Uranga el tema de resarcimiento a las víctimas es el gran pendiente que existe en México, pese a la creación en octubre de 2021, por decreto presidencial, de la Comisión para el Acceso a la Verdad, el Esclarecimiento Histórico y el Impulso a la Justicia de las violaciones graves a los derechos humanos cometidas de 1965 a 1990.

El Estado puede ser más clandestino que la guerrilla

Para el Estado, dice Lourdes Uranga, quien forma parte de las mesas de seguimiento, lo más importante es el esclarecmiento histórico, “reconstruir la historia y decir que teníamos razón al levantarnos en contra de lo que estaba pasando, pero eso no basta, queremos justicia”.

Recordó que al presentar el plan y sus cinco mecanismos, Andrés Manuel López Obrador aseguró que habría justicia, “pero después dice que hay que ser generosos con los perpetradores, ¡eso no!”

Por eso pregunta: “¿Cómo crees que vemos el acercamiento del ejército con López Obrador?: Mal, porque ahí están los perpetradores; es decir, no vamos a cambiar porque nos pongan en la historia y porque nos hagan monumentos. ¡No! Queremos justicia, si es necesario que los condenen en muerte”.

Para Lourdes Uranga, en el momento actual, no solo hay protección a los perpetradores sino que la Guardia Nacional está creciendo y haciendo cuarteles y “los cuarteles son lugares donde puedes meter a la población beligerante y opositora, no él [AMLO], pero los que sigue quién sabe, o a lo mejor también él, y son lugares a los que nadie entra, donde puedes ocultar a la gente, donde puedes maltratar a la gente”.Recuerda que ella estuvo en un lugar secreto de detención “ellos son más clandestinos que nosotros”.

La venganza contra el Estado

Por último Lourdes Uranga López asegura que el Estado le hizo mucho daño “pero como una especie de venganza hacia el Estado conocí a las mejores personas y amigas que he tenido, me acercó a gente valiosa, pero no se lo voy a agradecer porque la genta valiosa existe porque en este país existe lo bueno y lo malo. Conocer a mis compañeras de prisión, de exilio, tal vez sea de las cosas que tengo que agradecer, personas solidarias, y en ese sentido creo que tengo un capital enorme”.

Niñas y niños de maíz, cuento infantil de Lourdes Uranga López

–Acabas de cumplir 82 años, y una de tus máximas es que debemos comprender el mundo y elegir como colocarnos en él, ¿qué has comprendido del mundo que te tocó vivir?

–No lo he comprendido, nomás un pedacito, entiendo las divisiones. Ahorita mi conflicto principal es la tontería humana de estar degradando el medio ambiente, de ponerle a las plantas abonos cuestionables, venenos, de cultivar transgénico, porque la consecuencia inmediata es que acabas con la biodiversidad que es la mayor riqueza que tenemos, y la lucha ahora es contra las grandes transnacionales que están acabando con los recursos naturales.

Autora del libro infantil Niñas y niños de maíz, del poemario Tres rodajas de humo y de seis obras de teatro con temáticas para jóvenes, Lucía María de Lourdes Uranga López, fiel a su convicción de que la ciudadanía es un mecanismo infinito, sigue en movimiento: “Por esta democracia sin fin, ahora tenemos que luchar por salvar el planeta”.

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