Manón Vázquez

Manón Vázquez, la mujer que superó la cárcel y rompió con el bucle de su destino

Primera parte

El 04 de agosto de 1969 nació Manón Vázquez Rodríguez en el Centro de Readaptación Social Atlacholoaya mientras su madre cumplía una condena por tráfico de droga.  A sus 24 años ya trabajaba para el crimen organizado, estuvo cuatro veces en la cárcel, una vez en Las Islas Marías. En 2021 fue candidata a presidenta municipal de Jiutepec, Morelos y hace cuatro fundó el Centro de Rehabilitación Mujeres de la Luz, dedicado a trabajar contras las adicciones.

Por décadas muchos niños y niñas nacidas en los centros penitenciarios fueron invisibles, ya que su existencia y sus necesidades fueron ignoradas por el Estado mexicano, es el caso de Manón, que entre las salidas y los retornos de su madre a la prisión, vivió en la cárcel hasta los nueve años por lo que ella y sus dos hermanos tuvieron que ser entregados al DIF cuando un recluso intentó abusar de su hermana menor.

Cuatro años después de cumplir su última condena en por posesión y venta de drogas, Manón Rodríguez, habla Con Perspectiva sobre sus recuerdos infantiles en la cárcel, el suicidio de su madre, el maltrato familiar, su experiencia de ser madre, su involucramiento con el crimen organizado, su ex esposo adicto, la muerte de su hija mayor, la fundación del Centro de Rehabilitación Mujeres de la  Luz, su experiencia como candidata a la presidenta municipal de Jiutepec y sus ganas de ser diputada local en Morelos para tratar el tema de las adicciones con perspectiva de género.

¿Cómo fue tu infancia, tus primeros estudios?

Madrina Manón, como la nombran todas las mujeres que atiende en Mujeres de la Luz,  nos recibe en su vestíbulo-oficina. Su pelo largo, pantalón negro entallado, su  rostro hermosamente maquillado y su seguridad al hablar, no deja lugar a dudas de que es dueña absoluta de su presente, acaso quizá oculte  un dejo de tristeza en sus ojos por los golpes que le ha dado la vida, de los que, una y otra vez ha sabido levantarse.

Nací en Cuernavaca, solamente cursé la secundaria, vengo de una familia de seis hermanos, donde nunca hubo una figura paterna, de hecho a mí me registraron con los apellidos de mi hermano mayor, ni siquiera conozco el nombre de mi papá.

Manón Rodríguez dirige hoy el Centro de Rehabilitación Mujeres de Luz

Tuve una infancia muy difícil porque mi mamá era una persona extremadamente neurótica… ¿Puedo decirlo todo? pregunta con voz casi temblorosa. La animo a que lo cuente todo, Con Perspectiva, de eso se trata, de contarlo todo, sin huecos, sin pudor, sin miedos.

Con voz quebrada Manón reinicia su relato.

Yo pienso que la escuela la traigo de ella, de ser diferente, de romper esquemas, es que siempre se dedicó a los malos pasos, vendía mariguana y ese tipo de cosas. La vi entrar muchas veces a la cárcel, nací en la cárcel y tuve que vivir muchas veces en la cárcel.

Mi infancia prácticamente fue en una cárcel. Al menos recuerdo mi primer año de primaria, yo salía de la cárcel para ir a la escuela, el director me daba permiso, ya falleció,  se llamaba Jesús Ortiz Meraza, hoy tengo que reconocer que fue mi figura paterna.

Ortiz Meraza era director del Penal Atlacholoaya pero también era quien revisaba mis boletas, el que me daba premios cuando sacaba buenas calificaciones, el que se preocupaba de que los custodios me dieran todos los días para mis pasajes y para gastar. Son cosas que no he compartido pero me marcaron y mucho.

La última vez que conviví con mi madre tenía 9 años, fue cuando nos entregaron al DIF y a pesar de que mi madre salió y volvió a entrar un par de veces más a la cárcel, ninguno de nosotros volvimos a entrar con ella.

Infancia (no siempre) es destino

Hay un dicho popular que dice que infancia es destino, enlazando de una vez para siempre el origen de tu infancia a tus éxitos o fracasos del futuro. Pudiera esperarse que el caso de Manón se sumara a esa estadística negra que señala que los hijos e hijas que crecen o nacen en prisión, en su edad adulta regresan como delincuentes, atrapados en ese eterno bucle imposible de romper.

Con Manón este dicho popular adquirió su propio matiz. Nació en la cárcel sí; vivió en ella sí, regreso como presidaria sí; pero rompió el bucle y hoy es un ejemplo a seguir en su comunidad.

¿Qué recuerdas de tu mamá?

Recuerdo que en alguna de sus épocas en la cárcel vendía quesadillas y tamales así que me mandaba a comprar masa y hojas al mercado, recuerdo que el reclusorio era mixto y ya por la noche cuando encerraban a los hombres en sus celdas me mandaba a vender tamales, fue en entonces cuando intentaron abusar de mi hermana menor, debido a eso nos enviaron al DIF y nunca volvimos a vivir en aquella prisión.

¿Qué fue de tu mamá?

Mamá falleció (…) la vida que llevaba (…) hoy trato de entenderla, de comprenderla, me cuesta muchísimo porque mi mamá en algún momento decide quitarse la vida…(pausa y llanto).

Yo fui una niña muy golpeada, muy pero muy golpeada. La locura de mi mamá rayaba en que a veces…, teníamos un cuarto en el que el techo era de lámina y había unos maderos que cruzaban para sostener la lámina y mamá a veces atravesaba un lazo, me amarraba, (pausa y llanto) me golpeaba…estaba loca.

A ella le gustaba que los fines de semana fuéramos a nadar o al cine, vivíamos en la avenida Morelos donde antes eran los Canarios, el Cine Morelos estaba a una cuadra. A mí me hacía responsable de mis hermanos ya sea cuando íbamos al cine o a nadar pero ella siempre se quedaba en la casa.

Ese día nos mandó a nadar, cruzamos la calle, nos metimos pero mi hermana menor me dijo que se nos había olvidado la pelota, yo me regreso, los encargo y me regreso. Llegué a la casa y recuerdo que agarró el lazo (pausa y llanto) pensé que me iba a golpear (pausa más larga) cruzó el lazo y todo pero agarró un banco, yo pensé para que quiere el banco…

¿Cuántos años tenías?

10 u 11 años, no recuerdo, entonces fue todo muy rápido (llanto) se subió al banco y se puso la soga en el cuello…

¿Te dijo algo?

Sí, me dijo que estaba maldita para toda la vida y que todo lo que le pasara a mis hermanos iba a ser mi culpa…(pausa larga)

¿Y tú qué hiciste?

Corrí a alzarle los pies, yo creía que si lograba cargarla (pausa, llanto)…pero no había manera, no había nadie, ni la vecina, nadie.

Mi mamá nunca recibió atención. Rompió las reglas, no fue una mujer normal, todo mundo la veía como rara…hoy lo entiendo, de verdad entiendo que también ella traía muchas cosas, nunca las habló, nunca recibió ayuda, ni terapia, ni nada, la reinserción era solo estar recluida y ya, sin ningún tipo de atención.

Después del suicidio de su madre, Manón no recuerda qué pasó.

Creo que llegó una prima, se hizo muy feo todo eso. Mamá había dejado mucho dinero pero todo desapareció y a mis hermanos y a mí nos repartieron como a los perritos. A mí me mandaron con mi abuela, a mi hermana menor con mi hermano mayor, y a mi otro hermano lo mandaron con su papá que era mi padrastro.

Con la muerte de su madre, Manón cayó más hondo en la espiral de maltrato y dolor en la que había estado atrapada desde sus primeros años de su vida, aunado a la separación de sus hermanos, viviendo con su abuela el maltrato fue aún más severo pues la culpaba de el suicidio de su madre.

Aquella niña estaba aún muy lejos de convertirse en la mujer de hierro que es hoy.

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5 comentarios en «Manón Vázquez, la mujer que superó la cárcel y rompió con el bucle de su destino»

  1. Tengo el honor y el privilegio de conocerla; de ser testigo de su gran amor al ser humano, al servicio.
    Honro su vida, su ser, la admiro y la respeto.
    Gracias por este reportaje, merece ser reconocida y ser un gran testimonio de vida. Gracias

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