Foto Luis Arturo Aguirre

«Heimweh/estaciones», cinco monólogos de Myriam Orva

1.

Sol: Y luego el silencio. Silencio. Me asomo por la ventana. Blanco. Todo blanco. Es la primera vez que siento el invierno. Sólo quiero regresar a la cama. Me acuesto. Prendo la tele. Programas de cocina, teleshops, series ochenteras en alemán y CNN: La crisis del medio oriente continúa, la bolsa de valores a la baja y la imagen del día: un avión flota en el mar; en las alas, los pasajeros en salvavidas y barcos de la guardia costera que se acercan. La esposa del capitán habla. Apago la tele. Cierro los ojos. El sonido del agua me relaja, me lleva. Duermo. Conduzco. Hierbas de gran altura golpean el vidrio. Hay una luz. Es a la luz hacia lo que conduzco. Me acerco y adquiere forma, es un óvalo, un círculo, un platillo volador que gira sobre su eje. Acelero. El platillo deja de girar. Se dirige hacia mí. Me miran. Abro la puerta, brinco. El auto continúa su camino por unos segundos más, hasta que una luz blanca se lo traga. Corro. Corro tan rápido. No miro atrás. Corro y veo las luces de la ciudad y estoy en la ciudad. Caminamos de la mano, junto a un río. Miro al cielo y una pequeña luz se hace grande. Me buscan pero no quiero ser encontrada. Brinco al río, él brinca también. Nado bajo el agua, él arriba de mí. No pueden verme. Abrazados en la cama, cierro los ojos. Sé que si abro la cortina, están ahí, observándome. Despierto en un sillón. No está él. Me duele. Me duele muy adentro. Tocan a la puerta. Abro. No reconozco su cara, pero sé que es mi amigo. El que vive con los extraterrestres. Dice que me gustaría ver el universo y conocer la verdad de las cosas. Despierto. Las dos. Dormí tres horas, pero siento como si fuera media. Me levanto. El sol ha salido y alumbra mis pies. Voy a la ventana. El agua me llama. Brinco. Estoy en el agua. La corriente me lleva y me dejo llevar. Miro al cielo, las nubes juegan. Elefante-nube, árbol-nube, dragón-nube, nube-nube. Tiemblo. Trato de moverme, de nadar hacia la orilla, pero la corriente no me deja. Mi cuerpo se vuelve azul cristal. Me congelo. Abro los ojos. Penumbra. Tengo la boca seca. A tientas busco agua, la alcanzo y bebo. Silencio. Me incorporo. En rojo 14:00 brilla en la oscuridad y siento mis huesos helados. En rojo 14:01 brilla y respiro. En rojo 14:02 y siento algo, pero no sé qué es. En rojo, me levanto. Prendo la luz. Abro la llave y me lavo la cara. Me miro en el espejo. Ojeras, papada, cara grande demacrada. Y mis ojos quieren ver dentro de sí mismos. Sólo un pequeño brillo. Pupilas dilatadas. Y me pregunto por qué el círculo café protege a las pupilas, qué llevan esos diminutos nervios que cruzan al blanco, por qué los ojos son ojos y quién soy yo. 14:11. Suena el teléfono.

3.

Sol: Levantarse. A cualquier hora. Cuando ya no puedas dormir. Prepararte un café y panecitos. Prender la tele. Quedarte viendo cualquier cosa. Hacer nada. Sentada en el sofá. Casi inmóvil. Tener hambre. Cocinar cualquier cosa. Comer. Continuar con la programación del día. Lavar los trastes. Mirar por la ventana. Miles de copos flotando y aterrizando sobre otros miles compactados en nieve. Volver al sillón. Taparse con la cobija. Comenzar a tener dolor de cabeza. Hartazgo. Apagar la tele. Quedarse viendo la pared. Esperar a que pase algo.

Algo. Pero nada. Nada.

14.

Sol: Siento algo. Me hace sonreír. Sé que te estás formando. Dentro de mí. Vitaminas. Comer bien. Respirar aire fresco. Estar cansada todo el tiempo. Quedarme dormida por todas partes. Comer/ comer/ soñar, con los ojos abiertos. ¿Tendrás ojos azules o cafés?, ¿rubio o cabello negro? ¿Cómo se combinaran nuestros ADNs?, tan diferentes, ¿cómo serás? Imagino. Cuándo ya te tengo en mis brazos/ das tus primeros pasos. Ya vas al kinder. Te enseño mi idioma, mi cultura. Intento que también se vuelva tu idioma, tu cultura. En tu cumpleaños te hago piñatas. Tu papi te lleva a esquiar.

Te enseña a amar el deporte, la naturaleza. Te presentamos las cosas que valen la pena de la vida, del mundo. Somos una familia.

21.

Sol: Han dicho que tu corazón se detuvo. Dejaste de crecer. Han hablado de la sabiduría de la naturaleza, de los defectos genéticos. Poco entiendo sus palabras. Poco me importan. No puedo dejar de llorar. Dijeron que te tienen que sacar, que me vas contaminar por dentro. ¿Cómo me podrías contaminar tú…? mi bebé. Sólo espero que sea un mal sueño. Y despierte. Y nada de esto esté pasando. Ya estoy en el quirófano. Me miran con tanta tristeza. Mis lágrimas no se detienen. Por favor, no te mueras. Inyectan más en mis venas. Me piden que cuente hasta veinte. Sólo quiero despertar y que estés conmigo. Se me nubla la vista. Luz blanca sobre mí. Sólo quiero…

23.

Sol: 24 de Julio. El calendario negro que compré para poner fotografías de nosotros está vacío. Indica mayo. Los días han pasado sin sobresalto. Me he perdido en los meses. El sonido del río me hipnotizó. Hace calor, pero no tengo calor. Estoy sola. Cambio las páginas del calendario. Julio. Me asomo por la ventana. Los pájaros cantan. El paisaje de tonalidades verde-azul se compone de árboles frutales y pinos que delimitan al río. Cielo despejado-algodonado con cuatro blancas nubes. El río se pierde allá, detrás de las montañas. Es hermoso. Voy al escritorio, prendo la computadora. Abro un documento en blanco. Me quedo en blanco. Escribo:

La mujer se asoma por la ventana, los pájaros cantan. Nada le conmueve, una idea la inundó.

No deja de pensar, en el regreso.

Myriam Orva

Regiomontana de nacimiento, chilanga de corazón y guerrerense en curso. Cursó el Diplomado Nacional de Estudios de Dramaturgia 2006-2007 convocado por CONACULTA-INBA. Licenciada en Arte Teatral por la UANL. Impartió el módulo de Dramaturgia en el Programa de Formación Artística Red de Letras 2019 en Acapulco. Así como en el Laboratorio de Escritura, Acapulco 2020.
De su autoría se han estrenado: Fiesta, recuerdos con pérdida de memoria (dir. Isael Almanza), Amor- desamor, según la Real Academia (dir. Rita Gil), Heimweh/ estaciones (dir. Isael Almanza), El wey al Dharma (dir. Myriam Orva), entre otras.
Es ganadora del concurso Dramaturgia Exprés con Café dentro de la 5ta Semana Internacional de la Dramaturgia Contemporánea (2006) y finalista del Premio Nacional de Dramaturgia Joven, Gerardo Mancebo del Castillo 2011 con Heimweh / estaciones.
Es parte del colectivo Dramaturgia Mexicana y de Mira Cultura.
En 2021 forma en Acapulco, junto a Nelly Jaimes y Marianela Fiesco, Revolcadero Laboratorio Escénico. Creando Sin salvavidas, obra de teatro autobiográfico.

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