Niñas indígenas felices

El matrimonio infantil en Guerrero: bienestar Vs usos y costumbres

¿Qué sentirías si a los 14 años de edad, o más joven tuvieras que casarte con una persona que alguien más eligió para ti?

Alguien a quien quizás no conoces, pero que necesita una mujer para hacer crecer sus ganancias económicas, o para darle hijos, o para atender sus necesidades domésticas y sexuales.

Ésta, ha sido una dolorosa realidad que atraviesan millones de niñas y adolescentes en México; sin familiares, ni autoridades que las protejan o las salven de un matrimonio o unión conyugal en la que su papel es únicamente el de servir y ser sujetas de dominación.

El matrimonio infantil es una práctica arraigado en las raíces más profundas de las costumbres de la sociedad mexicana, dentro y fuera de las comunidades indígenas.

Un estudio de 2020 realizado en México por la organización internacional Save the Childrend registró la existencia de más de 313 mil personas menores de edad dentro de una unión forzada en nuestro país, siendo Chiapas, Oaxaca y Guerrero los estados con más casos.

La investigación de Save the Childrend puntualiza que a lo largo del tiempo «las normas sociales y de género influyen en la percepción y funciones de las niñas y adolescentes. Ya que en muchos casos promueven la maternidad, el trabajo doméstico no remunerado y el cuidado. Estas normas en general se justifican con tradiciones regionales o creencias religiosas que vinculan el valor de las mujeres con la formación de una familia y la castidad prematrimonial». 

En Guerrero por ejemplo, distintos casos de matrimonio infantil han desatado profundos debates entre el derecho de las niñas, niños y adolescentes y el respeto a la identidad y autonomía de los pueblos originarios.

Contextos donde las niñas son entregadas en matrimonio a cambio de una suma de dinero en busca de mitigar un poco la pobreza de sus familias.

Mientras tanto ellas son sometidas a tratos crueles, esclavitud y obligadas a engendrar muchos hijos para que se sumen a las labores del campo, sin remuneración y así crecer las ganancias familiares.

En medio de esta polémica, en el año 2022 la gobernadora Evelin Salgado Pineda, envió al Congreso de Guerrero una iniciativa para prohibir las uniones tempranas forzadas.

La ley aprobada por unanimidad, argumenta que el interés superior de las niñas, niños y adolescentes, está por encima de cualquier expresión de usos y costumbres de los pueblos originarios y establece sanciones para todas las conductas relacionadas con el matrimonio infantil y las uniones tempranas forzadas en Guerrero.

Este 2024 casi dos años después, el Congreso de la Unión aprobó una reforma al artículo 2 constitucional, que prohíbe los matrimonios infantiles en todo México.

Tal como se argumentó en la reforma de 2022 en Guerrero, se establece que la protección y el interés superior de la niñez está por encima de los usos y costumbres de los pueblos indígenas.

Aún así, habrá quienes consideren esta ley como una transgresión que atenta contra las costumbres y cosmovisión de la organización comunitaria y que abolir las uniones tempranas, significa un duro golpe a la economía de estas familias.

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