¿Por qué la menstruación es un asunto de salud pública?

Erika Salinas, Marxitania Ortega y Citlali Guerrero

Hablar de la menstruación debería ser algo natural.  Es  parte del desarrollo humano y un proceso biológico de las mujeres, que se da entre la pubertad y la adolescencia.  En esta experiencia, influyen muchos factores, personales, físicos, educativos, medioambientales, económicos, psicológicos y sociales, que determinan si la forma de este proceso cíclico, es vivido con disfrute o vergüenza.

Muchas niñas y adolescentes, viven su menarca con muy poca información, o si llegan a contar con alguna, generalmente está llena de creencias y mitos que  la misma sociedad transmite, como que la menstruación es sucia, que es una etapa compleja, dolorosa, que ya no podrá realizar actividades como deportes o ir a la playa en “esos días”; lo que va limitando su experiencia como niñas de jugar y de continuar con su vida normalmente. 

También pueden llegar a modificar su comportamiento, teniendo actitudes de aislamiento ya que el mismo manejo de la información entre hijas y madres, tías, o cualquier otra mujer cercana, lo hacen ver y sentir como que son “cosas de mujeres”, lo que implica que debe ser secreto y que nadie debe saber cuando “tenemos la regla”. Asimismo, en muchos casos, la menstruación es vista como la transición de niña a mujer, cuando en realidad, siguen siendo niñas y adolescentes teniendo la menstruación.

Las mujeres nacemos con todos nuestros óvulos desde el principio. Una bebé por nacer mujer, ya cuenta con los óvulos que tendrá durante toda su vida desde la menarca hasta la menopausia, en ciclos de cada 28 días.

Las mujeres menstruamos cada mes, desde la adolescencia hasta la menopausia. Si pensamos conservadoramente que la primera menstruación se da a los 12 y la menopausia alrededor de los 50, nuestro cuerpo habrá producido 456 ciclos menstruales. 

La relación de una mujer con su menstruación suele estar determinada por el acceso que tenga a instalaciones y productos de higiene menstrual. Ilustración Zoe Marquines.

Cada mujer, tiene una relación distinta con la menstruación, que depende de su cultura y de su educación, pero también está determinada por el acceso que tengan a instalaciones adecuadas de higiene y saneamiento en sus hogares y a la posibilidad de acceder (comprar) toallas sanitarias, tampones u otros artículos de higiene menstrual. 

Cuando la menstruación acentúa la desigualdad de género

Pensemos en situaciones de crisis drásticas. En situaciones de conflictos bélicos, por ejemplo, ¿Cómo resolvían las mujeres su higiene menstrual en los campos de concentración o en contextos de guerra? Es angustiante imaginarlo, porque mancharse de sangre menstrual el cuerpo o la ropa es visto como sucio, vergonzoso, malo, incluso en nuestros días.

Durante el Periodo especial en Cuba, un periodo de crisis económica y social muy grave,  una de las grandes preocupaciones de las mujeres es que no había “íntimas” (toallas femeninas). Había escasez de todo,  incluso de alimentos, pero las mujeres sentían que carecer de estos artículos básicos les complicaba particularmente la vida.

La vida moderna que nos exige el máximo rendimiento, invisibilisza lo que le pasa a las mujeres cada mes. Ilustración Zoe Marquines.

¿Cómo lo resolvían? Con paños, quizás como lo hacían nuestras tatarabuelas. Pero nuestras ancestras usaban enaguas largas que las protegían de cualquier accidente, y no tenían una vida activa y no necesitaban usar bicicleta como medio de transporte (en el “Periodo especial” la mayoría de los cubanos andaba en bicicleta porque los autos no tenían gasolina). 

Nuestra vida, que nos exige el máximo rendimiento, invisibiliza eso que nos ocurre cada mes, que menstruamos, que los cambios hormonales traen cólicos, que algo cambia en nuestro cuerpo, que necesitamos artículos de higiene menstrual que debemos considerar en nuestro presupuesto y que en esos días, el acceso al agua y instalaciones adecuadas de saneamiento son indispensables.  

El estado frente a la menstruación

Como es algo que las mujeres hemos resuelto en nuestra intimidad, el estado nunca se lo había planteado como parte de las políticas públicas, hasta ahora,  que las instituciones garantes de los derechos de las niñas, niños y adolescentes han hecho énfasis en que la carencia de artículos de higiene menstrual o de instalaciones adecuadas de saneamiento, puede causar que una niña deje de ir a la escuela, o una adolescente sufra estrés y ansiedad. 

Si esta falta de condiciones dignas para el periodo menstrual en el contexto escolar, le impide a las niñas desarrollar al máximo su potencial, entonces están siendo violentados sus derechos humanos. 

Por ello, diferentes países han tomado caminos de promoción de la salud e higiene menstrual más activos, como subsidiar todos los artículos femeninos de higiene menstrual  completa o parcialmente. 

La Ley de Productos para la Menstruación en Escocia entró en vigor el 15 de agosto de 2022.

Escocia se convirtió el año pasado, en el primer país en el mundo en declarar el acceso gratuito a los productos para la menstruación como tampones y toallas sanitarias, al aprobar la “Ley de productos para la menstruación”, esta ley busca proteger el acceso sin costo a estos productos sanitarios y señala que la instituciones educativas deben crear métodos para hacer disponible de forma gratuita estos productos.

En México, de acuerdo con datos del programa Higiene Menstrual del Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF), 43% de las niñas y adolescentes prefieren quedarse en casa que ir a la escuela durante su periodo menstrual; 30% utiliza papel higiénico en lugar de toallas sanitarias; 66% piensa que los baños en sus escuelas están sucios; y 73% se lava las manos sin jabón.

En el mismo estudio de UNICEF,  se señala que sólo el 5 % de los niños y adolescentes en México, tiene conocimientos precisos sobre la menstruación, lo que limita a entender los retos que enfrentan las niñas y adolescentes durante su periodo. Además solamente el 5% de los padres hablan con sus hijas de menstruación, incluso los médicos sólo inciden 7% en niñas y mujeres adolescentes. Continuando con los datos, el 16% de las niñas y mujeres adolescentes cuenta con conocimientos y significados precisos sobre la menstruación, en hombres adolescentes este porcentaje cae al 5%.

A nivel federal, la Cámara de Diputados aprobó en 2021 una reforma a la Ley General de Educación, conocida como Ley Menstruación Digna para que las autoridades de salud en los 32 estados faciliten el acceso gratuito a toallas sanitarias, tampones y/o copas menstruales en las escuelas públicas de primaria, secundaria y bachillerato. Para que la reforma pase, es necesario que el Senado de la República la analice y apruebe por mayoría.

Diputadas y diputados protestan por la eliminación de impuestos a los productos menstruales. Foto Cámara de Diputados.

El estado de Michoacán es uno de los estados que ya aprobó la Ley General de Educación, lo hizo en el año 2021 en el marco del Día Internacional de la Higiene Menstrual, que se conmemora el 28 de mayo, y ya cuenta con programas en las escuelas, a quienes se les dota kits menstruales que contienen toallas sanitarias y jabón. Se entregan de manera mensual a 5 mil niñas y adolescentes de quinto y sexto de primaria, y los tres grados de secundaria.

Mientras que en Guerrero, el tema había permanecido invisibilizado y fue hasta el pasado 24 de enero que  la diputada local por Morena Jessica Alejo Rayo presentó la iniciativa con proyecto de decreto por el que se reforman y adicionan diversas disposiciones  de la Ley número 1212 de Salud del Estado de Guerrero, mismas que permitirán “establecer medidas, campañas, acciones y políticas públicas que contribuyan a la higiene menstrual, con el objetivo de garantizar el bienestar emocional, psicológico y de salud pública de las  niñas y adolescentes de Guerrero”.

La diputada local de Guerrero Jessica Alejo Aroyo, considera que la menstruación debe dejar de ser un tabú y se debe abordar en total libertad en las familias y centros educativos. Foto Congreso de Guerrero.

En entrevista Con Perspectiva, la legisladora mencionó que en una visita en una comunidad de Chilpancingo, escuchó a dos hermanas adolescentes sobre su experiencia con su primer ciclo menstrual, mencionó que la hermana mayor ya había tenido su primera “regla” desde el año pasado, y le contó que “el día que le bajó su regla estaba en la escuela, se manchó y no supo qué hacer por lo que se regresó a su casa, ya en casa su mamá le dio un paquete de toallas sanitarias pero no le dijo cómo usarla y se la puso al revés, con el adhesivo hacia arriba, fue tal su trauma que dejó de ir la escuela por varios meses”.

La diputada local mencionó que con esta experiencia la hermana mayor le enseñó a su hermana menor cómo usar correctamente la toalla, por lo que consideró  importante que las niñas y las adolescentes de Guerrero tengan acceso a una educación de higiene menstrual, se pronunció porque “ya no siga siendo un tema tabú, debe ser un tema que se hable con total libertad y normalidad en las familias, y en los centros educativos, porque desafortunadamente los profesores tampoco lo saben abordar.”

Dio a conocer que la iniciativa se encuentra en la Comisión de Salud y que aún no es analizada la propuesta para pasar al pleno y que se apruebe.

De la misma manera informó que en próximos días se reunirá con la secretaria de Salud, la Dra. Aidé Ibarez Castro para determinar las acciones, programas y campañas que se emprenderán en el estado.

Sobre si su iniciativa considera dotar de toallas sanitarias a niñas y adolescentes, respondió que sería lo ideal, sobre todo en aquella comunidades rurales e indígenas  con alto grado de marginación, porque “es un gasto considerable para las familias, sobre todo cuando hay más de tres mujeres en casa”.

Entradas relacionadas

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

error

Enjoy this blog? Please spread the word :)

RSS
Follow by Email
WhatsApp