Roxana Cortés, Astrid Paola Chavelas, Marxitania Ortega, Blanca Athié y Vanessa Hernández son cinco escritoras acapulqueñas cuyas obras este año ganaron premios municipales, estatales y nacionales de literatura en las modalidades de cuento, novela y poesía.
En un diálogo Con Perspectiva estas cinco autoras nos comparten los detalles de sus trabajos premiados y sus opiniones sobre el quehacer literario en Guerrero hoy.
El poemario Océano madre de Roxana Cortés, fue seleccionado para ser parte del Fondo Editorial Municipal de Acapulco, en la segunda emisión del Premio Municipal de Literatura Acapulco 2023, emitida por el H. Ayuntamiento de Acapulco y aunque este concurso aún no tiene un premio económico, la publicación de la obra es un gran aliciente en un estado donde la secretaría de Cultura dejó de publicar a los autores y autoras guerrerenses.
Astrid Paola Chavelas resultó ganadora del VI Concurso Nacional de Cuento de Escritoras Mexicanas organizado por el blog Bitácora 52 y Escritoras Mexicanas, con el cuento La Travesía. Este mismo año resultó ganadora del Premio Estatal de Poesía y Cuento María Luisa Ocampo, en la categoría de poesía por su poemario De lo que nadie habla.
Marxitania Ortega y Blanca Athié resultaron ganadoras en el certamen de la fundación Elena Poniatowska, en la categoría de Cuento del Tercer Premio Iberoamericano de Cuento y Novela Ventosa-Arrufat, con los cuentos Restauración y Fragmentarás tu cuerpo, respectivamente.
Vanessa Hernández, ganó en la categoría Narrativa el Décimo Segundo Premio Dolores Castro 2023 de Poesía, Narrativa, Ensayo, Dramaturgia e Ilustración creada por Mujeres, por su novela Sureña.
¿De qué va la obra premiada?
Roxana Cortés. “Océano madre”, es un libro que aborda el tema de la maternidad tardía. Durante varios años, me he cuestionado el significado de ser madre, mi capacidad para procrear y criar a otro ser vivo. En ese espacio de introspección surgieron poemas donde proyecté distintas comprensiones afectivas de lo materno: primero, desde el plano de la especulación y la imaginación; después, desde el plano biológico y fisiológico; y finalmente, ante un quiebre confesional de mi experiencia. A partir de estos tres planos estructuré mi libro, arraigado en una exploración del lenguaje poético donde el cuerpo y sus posibilidades se despliegan de manera reflexiva.
Mi libro aborda las interrogantes sobre cuándo, cómo y porqué se decide gestar. Los poemas de Océano madre se hallan en esa esfera de la ambivalencia, donde los procesos físicos, afectivos y sociales dejan su impronta. Tratan de colocar en la mesa no sólo una visión no idealizada de la maternidad, sino a la maternidad misma como una decisión. Por supuesto, una que algunas mujeres podemos ejercer según nuestro contexto. Hablo de una determinación que puede basarse en convicciones personales o en cuestiones fisiológicas, en particular, cuando se han padecido abortos espontáneos. He deseado traducir estas múltiples sensaciones, abordar los lazos afectivos entre un cuerpo que podría gestar pero ha decidido no hacerlo, y asumir que, en esta decisión, el paso del tiempo continúa escribiéndose sobre el cuerpo.
Astrid Paola Chavelas. “La travesía”, es un cuento corto cuya premisa mezcla la fantasía con la realidad a través de un personaje cuya narración en primera persona experimenta una voz colectiva, la estructura remite a la circularidad, y tanto el contenido como la descripción del ambiente son parte central en el desarrollo de la historia. Desde hace tiempo me dedico a la narrativa y me ha interesado explorar diversas formas de contar historias, sobre todo en el formato de cuento breve. Ya había participado en la convocatoria de Escritoras Mexicanas, donde han sido premiadas escritoras guerrerenses como Marxitania Ortega y Adriana Ventura. Estoy muy feliz de compartir este espacio con otras escritoras de la república, pero sobre todo ser parte de esta antología y de este espacio de difusión tan importante para la literatura escrita por mujeres.
Marxitania Ortega. “Restauración”, Liliana intenta sobreponerse a una fuerte depresión para ir a un pueblo del sur de México a restaurar la talla de un cristo del siglo XVII. Al volcarse en su trabajo de restauración, Liliana espera resanar sus propias fracturas, sin embargo, el choque con la realidad que encuentra, violenta y distinta a todo lo que conoce, profundizará su desajuste y la empujará a un extraño mundo onírico con oscuras consecuencias.
Blanca Athié. “Fragmentarás tu cuerpo”, es un juego literario en donde el cuerpo, la memoria y la escritura fragmentarias se unen para narrar la vida de Johanna, quien padece una enfermedad autoinmune desde la cual se relaciona de manera disidente con el amor, la maternidad y el propio acto de escribir. Los acontecimientos corpóreos y los vínculos que ella misma crea en el contacto animal, vegetal y mineral, guían esa búsqueda incesante de vivir más consciente el dolor y lo mismo el placer aunque las consecuencias sean irreversibles. Una historia contada en primera persona por su protagonista de manera sincera y valiente, y que nos hace reflexionar sobre el acto de escribir el cuerpo como resistencia en una sociedad descompuesta por la violencia y el patriarcado.
Vanessa Hernández. Sureña, “se trata de una novela ubicada en el Acapulco del narcotráfico y tiene como protagonista a una mujer que, de alguna manera tiene que dirigir un cartel y no está de acuerdo con eso. Es mi interpretación de lo que ha sido el narcotráfico y su estela de violencia en todo el estado”. (Retomado de El Sur)
2. ¿Cómo ves la literatura actual de Guerrero?
Roxana Cortés. Pienso que, en los últimos años, a pesar de la deficiente infraestructura cultural y las desavenencias institucionales, la historiografía literaria estatal sigue nutriéndose. Las escritoras y escritores guerrerenses conocemos nuestro contexto; por ello generamos vínculos creativos, políticos y de acción, ya sea desde el ejercicio colectivo o personal. En ese tono, la percibo como un campo de resonancias que vibra en distintos grados, dialoga y genera puentes entre el escenario local y el nacional. Se han publicado libros de poesía, ensayo y narrativa disruptivos; algunos con tratamientos temáticos no convencionales, otros con un profundo conocimiento tanto de la tradición como de la actualidad literaria. Esta multiplicidad de voces contribuye a que la literatura guerrerense actual permanezca en un estado activo de escritura, viva y latente.
Astrid Paola Chavelas. Me parece que la relevancia de la literatura guerrerense radica en el sentido de resiliencia de las y los escritores, en un estado donde las oportunidades para desarrollarse en el ámbito cultural, no sólo en el literario, son limitadas. Hay muchos esfuerzos colectivos que se han articulado a partir de la misma comunidad cultural, desde diversos espacios y desde lo interdisciplinar, solo por mencionar un par de proyectos, las editoriales independientes como Ícaro Ediciones y Editorial Reverberante han dado espacio y difusión a las letras de Guerrero.
Desde el año pasado he visto presentaciones de libros y espacios de lectura autogestionados, creo que la autogestión es vital para la cultura, sin que esto quite la responsabilidad que tiene el estado con las personas y las y los creadores. En concreto, y de data más reciente, se habla mucho de la literatura guerrerense, por lo que me ha tocado atestiguar, esta se sigue alimentando desde diversas perspectivas, nuevas voces se suman a lo que se ha venido haciendo desde otras generaciones, en ese sentido la literatura guerrerense existe y resiste.
Marxitania Ortega. La veo bien, en muy buen estado. Con pocos autores consolidados de trayectoria, pero con muchas voces nuevas, muchas mujeres, mucho también sobre las diversidades, lo cual es importante en un estado anclado en otros sentidos a los valores del patriarcado. La apertura de la formación a través de los medios digitales ha impactado positivamente. Frente al escaso apoyo institucional, surgen esfuerzos colectivos e individuales de formación, publicación y promoción de escritores. Y de fortalecimiento de públicos.
Blanca Athié. Sobre la literatura actual de Guerrero, como residente en otro estado, mi visión será parcial, pero me anima ver a muchas compañeras escribiendo, formándose, publicando, y ser conscientes. Veo a compañeras, incluso compañeros también, entrándole a las poéticas del cuerpo, los cuerpos como espacios, como herramienta misma, como tema y escritura. Y también la autohistoria y autoficción están ganando terreno. Hay un grupo de escritores ya consolidados, pero los emergentes también traen una pluma muy prometedora.
Vanesa Hernández. “Guerrero, es un estado duramente castigado por una creciente violencia, se vive desde hace tiempo una gran apuesta económica hacia el turismo, pero muy pocos incentivos para la cultura o el arte. Se ha tenido la idea de que en Guerrero el turismo no va por cultura, no como van, por ejemplo, a Oaxaca, que tiene un turismo muy bien formado y muy bien establecido. Pero en Guerrero está esa idea de ‘vamos a la playa a divertirnos’. Tal vez un concepto que se retrata súper bien en películas como La risa en vacaciones, sin embargo, hay cierto optimismos de que los recursos que yo no tuve, ahora están emergiendo en Guerrero”. (Retomado de El País)
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