Edith González Cruz
Todo apunta a que la temperatura del mar aumentará en los próximos años, así que el fenómeno meteorológico Otis, sí podría repetirse, causando mayores daños a la población que vive mayores condiciones de vulnerabilidad como son las mujeres, quienes además tienen a cargo su las labores de cuidado de familias.
En agosto del presente año, el secretario general de la Organización de Naciones Unidas (ONU), António Guterres, alertó a la humanidad del paso del calentamiento global a la ‘era de la ebullición global’, con la finalidad de que los líderes globales aceleraran las medidas contra el calentamiento global, principalmente la reducción de combustibles fósiles, sin embargo, nada ha pasado, cada año se rompen récords de temperaturas. Los mares y océanos han aumentado su temperatura alrededor de 0. 9° grados centígrados en comparación con los niveles preindustriales, de los cuales 0.6 grados ocurrieron en los últimos 40 años.
En este escenario, aunque el cambio climático afecta a todos, no lo hace por igual. Las mujeres suelen experimentar sus impactos de forma diferente a los hombres. De tal forma que los riesgos son más graves para niñas indígenas y afrodescendientes, adultas mayores, mujeres migrantes y con algún tipo de discapacidad. El 80 por ciento de los refugiados climáticos son mujeres, señala la ONU.
Con los desastres naturales, sociales y económicos derivados del cambio climático –como lo fue Otis-, aumenta la violencia de género. El matrimonio infantil, considerado un acto de violencia contra las niñas, es una forma en que las familias aseguran fondos o bienes y recuperan sus pérdidas; las tareas en búsqueda de combustible (gasolina o leña) y agua, tradicionalmente recaen en las mujeres y las niñas, poniendo en riesgo su salud física y emocional, ya que además de esta actividad de acarreo, por la cual se desplazan largas distancias de sus casas, se ponen en riesgo de ataques sexuales y al regresar, deben atender otras tareas del hogar, como ser cuidadoras, alerta el informe.
Otro de los problemas derivados de estos impactos desiguales, es que, por lo regular, los hombres emigran de las zonas rurales a las urbanas en busca de empleo, dejando a las mujeres a cargo de la tierra y el hogar, pero no necesariamente con los respectivos derechos legales o la autoridad social para hacerlo.
El documento señala que debido a la pandemia de la COVID-19, el mundo registró un ‘preocupante retroceso en los recientes avances en materia de igualdad’, los cuales, se podrían profundizar más debido a los efectos desiguales del cambio climático.
El daño a las mujeres en cifras
Guerrero, donde impactó el huracán Otis, de categoría 5, posee una población mayoritariamente femenina. El 51.4 por ciento son mujeres (1,741,826) y el municipio con mayor población es Acapulco de Juárez, que también posee más mujeres (el 52.3 por ciento). En total, el 8.6 por ciento de la población del estado es afrodescendiente (51.5 son mujeres).
En términos de economía, a nivel estatal, el 39.4 por ciento de las viviendas tienen a mujeres como jefas de familia, mientras que en Acapulco el 42.8 por ciento de las personas ocupadas en empleos informales (venta de artesanías, comida preparada, entre otros), son mujeres que vendían sus mercancías principalmente en la zona hotelera, la cual, de acuerdo a los más recientes reportes, presenta un 80 por ciento de daños y pérdidas.
Con estos datos y considerando el Atlas de Riesgos del estado, que indica que Guerrero se encuentra ubicado en una zona geológica, tectónica y geográficamente vulnerable a eventos como: huracanes, sismos e inundaciones (Protección Civil, 2014), se observa que el riesgo que presenta el estado ante los efectos del cambio climático, es muy alto. Más aún, si se suma el grado de pobreza de la población.
Guerrero, junto con Chiapas y Oaxaca, concentran el mayor porcentaje de población en pobreza extrema. De acuerdo con datos del Instituto Nacional de las Mujeres (Inmujeres), 53 por ciento de las entidades en el país cuentan con una zona costera (17 entidades federativas), conformada por 162 municipios frente al mar, donde habitan un poco más de 10 millones de mujeres, de las cuales cerca del 10% son indígenas.
Publicado en www.cimacnoticias.com.mx