Proyecto Comunidades Libres de Violencia

Comunidades libres de violencia, un proyecto Con Perspectiva

Zihuatanejo es uno de los nueve municipios con Alerta de género en Guerrero, ahí se encuentran las comunidades de El Coacoyul y Los Achotes, en donde diversos hechos de violencia ocurridos en los últimos años dejaron huella en la memoria de sus habitantes.

El trayecto de la franja turística de Zihuatanejo hacia cada una de estas localidades es de menos de veinte minutos. De inmediato se pueden percibir los profundos contrastes sociales y económicos, aquí no hay extranjeros caminando junto al mar, ni restaurantes de mariscos que sirven elegantes cocteles, ni tiendas de ropa de diseñador con piezas de manta y lino.

Entre calles, -en su mayoría sin pavimento-, y casas que se erigen sobre los cerros, viven menos de 10 mil habitantes – 6,905 en El Coacuyul; 1,161 en Los Achotes – quienes dependen económicamente de la siembra, el comercio informal y los servicios turísticos según información de INEGI.

Para las y los adolescentes de estas comunidades, donde la oferta educativa llega hasta la secundaria, cualquiera que no parezca originario del lugar, puede ser uno de esos extranjeros que gastan sus dólares en Ixtapa y Zihuatanejo, lo que los hace dignos de su atención y respeto.

Bajo la mística de que, las intervenciones comunitarias solo pueden lograr su objetivo si se realizan con la participación de las y los habitantes de la localidad, quienes integramos la colectiva Con Perspectiva, apoyadas por la Secretaría de la Mujer del estado de Guerrero, la delegada regional de la Secretaria de la Mujer y por el Instituto Municipal de la Mujer de Zihuatanejo, acudimos a las localidades de El Cuacoyul y Los Achotes para sumarnos a los esfuerzos por construir Comunidades Libres de Violencia.

La intervención Comunidades libres de violencia se aplicó entre adolescentes de 14 a 19 años.

Señalar las violencias y construir equidad

El objetivo 5 de la Agenda de Desarrollo Sostenible 2030 se enfoca en “Lograr la igualdad entre los géneros y el empoderamiento de todas las mujeres y niñas”. Desde el enfoque de género, la causa de la violencia hacia las mujeres, las adolescentes y las niñas es la desigualdad y los roles de subordinación que el patriarcado impone de manera sistémica a las mujeres. De ahí la urgencia de construir relaciones más equitativas, sin subordinación ni sometimiento, y en la equidad, generar vínculos más libres, más gozosos y plenos. 

En la primera parte de la intervención, a través de la lectura colectiva del texto Si es amor, no duele, se identifican las diferentes violencias que pueden surgir en el noviazgo adolescente. En el debate, las y los participantes identifican las causas posibles, y se utiliza la herramientas diseñada por el IPN y por otras instituciones especializadas, llamada “violentómetro”, para señalar los niveles de alerta de los diferentes actos de violencia, algunos de los cuales pueden pasarse por alto por estar normalizados en nuestra sociedad.

En la segunda parte de la intervención se propicia un espacio de diálogo para que las y los participantes identifiquen los recursos y acciones que se tienen a la mano, para prevenir cada uno de los tipos de violencia y construir relaciones más equitativas. En esta ultima parte se utiliza la herramienta llamada “Igualómetro”, que visibiliza las acciones y principios que nos llevan a construir relaciones más equitativas.

El igualómetro, diseñado por instituciones garantes de los derechos de las mujeres, está enfocado en vínculos de una pareja adulta, por lo cual se anima a las y los jóvenes participantes que realicen medidores de la igualdad para sus contextos específicos y que realicen acciones para la difusión en su comunidad.

“La desarrollasión” con Perspectiva

“Estamos en desarrollasión” comentó un adolescente delgado, alto e hiperactivo, que mandaron al taller porque hizo publicaciones en Facebook con fotos de los/as docentes en posturas “incómodas” mientras daban clases.

Las comunidades escolares son un espacio privilegiado para observar los vínculos sociales, y las dinámicas de violencia y poder.

Hombres y mujeres se integraron para reflexionar sobre la violencia y crear un plan de acción en su comunidad.

El noviazgo, la relación entre pares, las subordinaciones, las relaciones de autoridad, todo se manifiesta en las escuelas. En una primera sesión nos dimos cuenta que las y los jóvenes no tienen dificultad para identificar la violencia. Pudieron señalar los mecanismos de control y manipulación en el noviazgo que llevan a la subordinación y a actos más violentos.

Las y los estudiantes dieron ejemplos de relaciones de violencia entre sus figuras parentales, o familiares, e identificaron el ciclo de violencia y la peligrosa telaraña en la que se convierte.

Sin embargo, tuvieron más dificultad para identificar los recursos con los que cuentan para prevenir esas violencias, y para hacer cambios significativos en su entorno. Para propiciar su identificación, generamos un espacio de diálogo con el objetivo de generar confianza y receptividad. Entonces pudieron expresar sus experiencias de pánico y ansiedad que han guardado.

“Sientes que te vas a morir”, dijo un estudiante de secundaria, bajito y simpático, aún con cara de infante, cuando relató cómo recibió la noticia de que “los malos” habían matado a su hermano. Su hermano tenía 24 años y dejó un gran vació en su familia. Más tarde, mientras dibujaba un pequeño Spiderman en el dibujo de la telaraña de la violencia, mencionaba que su hermano dibujaba muy bien. Ahora él intenta aprender a dibujar, para honrarlo.

Otra compañera expuso que tenía ataques de pánico desde que vio los cuerpos de varias personas que habían dejado tiradas en la carretera. Su familia le dijo que no había que hablar de eso. ¿Para qué meterse en problemas? Es mejor no hablar.

La exposición a la violencia, no sólo aquella en contra de las mujeres, niñas y a adolescentes, sino aquella violencia cruda, de las luchas por las plazas entre grupos criminales, ajustes de cuentas y represalias, es común en las comunidades. El miedo y el silencio que este genera, es uno de los síntomas que es urgente atender.

La escucha, el diálogo, la interacción como recursos

El enfoque participativo pone en el centro a los adolescentes y promueve su capacidad creativa y de reflexión para garantizar los objetivos de la intervención.

Una de las docentes nos preguntó por qué no llevábamos vídeos para nuestras dinámicas. Quizás a causa de la pandemia, los vídeos se han convertido en el recurso didáctico por excelencia. En muchos centros escolares, en lugar de la explicación del docente y la interacción, se utiliza el video.

Explicamos que desde nuestra experiencia los jóvenes no necesitan un vídeo más. Los docentes, los trabajadores sociales nos hemos retirado y les hemos dejado a merced de las pantallas, como resultado se abandonó el dialogo, la escucha, y la importancia que tienen los vínculos de solidaridad como recursos frente a la violencia.

Recuperar la confianza en la escucha, en el diálogo, en los vínculos afectivos entre amigos, compañeros, vecinos y profesores es una tarea fundamental.

En el espacio generado en el taller las y los adolescentes pudieron hablar sus experiencias, pudieron escucharse, acompañarse con palabras y gestos de solidaridad. Al final se propusieron conformar el comité “Comunidad libre de violencia”, con presencia en redes sociales, pero también en los comités estudiantiles, que pueda denunciar la violencia a las niñas, adolescentes y mujeres pero también estar presente en los casos en los que la violencia social y delincuencial afecte a sus compañeros.

Algo fundamental que comunicar es que los jóvenes participantes están adquiérendo la conciencia de que “el machismo”, como llaman ellos a la cultura patriarcal, no sólo subordina a las mujeres, sino también impone a los hombres múltiples mandatos que resultan opresivos. “No poder demostrar las emociones”, “tener que pelear y ganar”, “mantener a la familia” y “no poder ser tierno con los hijos” se mencionaron entre otras imposiciones que no quieren seguir.

Estos planteamientos y otras acciones específicas de difusión que las y los estudiantes plasmaron en su plan de acción para la prevención de la violencia, se expondrán en el Foro estatal para prevenir la violencia, que organizará la Secretaría de la Mujer del Gobierno del Estado de Guerrero en los primeros días de diciembre de 2022, en el marco del Día Internacional para la Eliminación de la Violencia de Género.

El programa “Alerta de Género en Guerrero; Acciones desde lo local para la prevención de la violencia desde la voz de las juventudes”, pone en el centro de las comunidades las propuestas de solución desde las voces de los y las que padecen violencia, pero también desde quienes las ejercen. Sin embargo, no basta una acción aislada, es necesario un plan de seguimiento que fortalezca las herramientas de diálogo y recursos de prevención, para que las acciones implementadas no se diluyan.
El monitoreo y la continuidad de las propuestas realizadas por las juventudes guerrerenses como parte de las nueve acciones emprendidas en diferentes municipios de las regiones del estado de Guerrero, es vital para tratar de incidir en la disminución de la violencia no solo en las mujeres, sino también en los jóvenes varones que la padecen y/o que la ejercen.

La continuidad, seguimiento, evaluación y accionar las propuestas realizadas por las juventudes guerrerenses como parte de  las nueve acciones emprendidas en diferentes municipios de las regiones del estado de Guerrero, es vital para tratar de incidir en la disminución de la violencia no solo en las mujeres, sino también en los jóvenes varones que la padecen y/o que la ejercen.

Participación activa para el aprendizaje
Las y los participantes colocaron un periódico mural en su comunidad y se comprometieron a promover los valores aprendidos durante esta intervención.

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