Diputadas y diputados de la LXIII Legislatura de Guerrero aprobaron entregar la Presea “Sentimientos de la Nación”, en grado postmortem, a Benita Galeana Lacunza, reconocida activista por los derechos de las mujeres y los trabajadores,
El dictamen suscrito por la Junta de Coordinación Política (Jucopo) precisa que tras la emisión de la convocatoria, se registraron las candidaturas de Carlos Marx Barbosa Guzmán, Familia Villanueva Castro, Baltazar Brito Guadarrama, Luis Rodolfo Nájera Ramírez, Félix Bautista Matías y Benita Galeana Lacunza.
De estas propuestas, se consideró procedente otorgar el reconocimiento postmorten a Benita Galeana Lacunza, por su trayectoria de vida, trabajo, promoción y aportación o los derechos de las mujeres, trabajadores, la cultura, la libertad, la paz y la democracia, méritos suficientes para considerarla una digna merecedora de lo Presea «Sentimientos de la Nación».
Benita Galeana Lacunza nació en el municipio de San Jerónimo, en la región Costa Grande y a la muerte de sus padres emigró al puerto de Acapulco, para posteriormente residir en la Ciudad de México, siempre en un entorno complicado, dada su condición de pobreza y analfabetismo.
Aprendió a leer a los 29 años, situación a la que se sobrepuso para convertirse en una activista de izquierda y precursora en la lucha de los derechos de las trabajadoras.
Siendo joven Benita Galeana Lacunza militó en el Partido Comunista. Luchó por un estatuto jurídico y un seguro social para los trabajadores. Por sus actividades políticas fue detenida en 58 ocasiones.
Padeció de una lesión de columna por la que durante muchos años usó un corsé de madera a causa de malos tratos por parte de la policía.
Fue precursora del feminismo socialista en México, participó en 1935 en la creación del Frente Único Pro-Derechos de la Mujer (FUPDM). Tomó parte en el último mitin en la explanada de la Procuraduría General de la República para exigir libertad a las presas de Yanga, Cacalomacán Estado de México y D.F, acusadas de pertenecer al Ejército Zapatista de Liberación Nacional.
Publicó una autobiografía en 1940, El peso mocho en 1979, y murió sin haber visto la publicación de su tercer libro: Actos vividos. En 1988 se creó una coordinadora de mujeres que lleva su nombre.
“Fue una mujer de su tiempo que desafió las costumbres patriarcales y defendió en todo momento su derecho a elegir, un gran mérito para que nuestra paisana saliera adelante sola, desafiando y venciendo a la sociedad machista de principios de siglo, saturado de prejuicios que negaban espacios de crecimientos a las mujeres”, apunta el dictamen legislativo.